La Ruta Productiva
"Una ruta integral para ordenar tu negocio y tu bienestar.
No necesitas hacer más, necesitas hacer con intención”
¿Tu negocio crece, pero tú te sientes cada vez más desorganizada, estancada o agotada?
La Ruta Productiva es un programa de mentoría 1:1 diseñado para emprendedoras que desean estructurar su negocio, recuperar el enfoque y avanzar con claridad, sin descuidar su bienestar personal, su fe ni su familia.
¿Estás constantemente ocupada pero sientes que no avanzas con claridad?
¿Tu emprendimiento te consume y te deja sin energía para lo demás?
¿Te frustra tener muchas ideas, pero no tener orden ni estructura para ejecutarlas?
¿Te cuesta separar tu vida personal del negocio y sientes culpa por no llegar a todo?
​
El 72% de las emprendedoras reportan sentir agotamiento mental o emocional por falta de estructura y sobrecarga de tareas (fuente: Forbes Women, 2024).

“La Ruta Productiva”






Un proceso de mentoría personalizada de 6 semanas diseñado para que organices tu negocio, recuperes el control de tu tiempo y crees una vida productiva y en equilibrio.
​
Incluye:
Diagnóstico completo de tu situación actual personal y de tu negocio.
Definición de prioridades reales, no urgencias impuestas.
Organización semanal integrada: negocio, familia, descanso.
Sistema de trabajo personalizado según tu estilo, energía y metas.
Herramientas de neuroproductividad
Sesiones 1:1 virtuales, recursos descargables y acompañamiento por WhatsApp y vía email.
Beneficios tangibles después de completar "La Ruta Productiva"
Tener una estructura semanal clara para tu negocio sin descuidarte a ti misma.
Saber exactamente qué hacer cada día, sin listas infinitas ni tareas sueltas.
Recuperar el control de tu tiempo para disfrutar sin culpa de tu vida personal.
Aplicar técnicas de neuroproductividad ajustadas a tu ritmo y tu energía.
Aprender a planificar tu negocio con enfoque bíblico y sostenibilidad.
Ahorrar tiempo, energía y dinero evitando la improvisación.
Resultados reales
Después de trabajar con Taisha, por fin dejé de sentirme culpable por no avanzar. Aprendí a organizar mis ideas, priorizar y poner orden en mi negocio y en mi casa. Me siento más clara, tranquila y productiva.”— Ana M., emprendedora de marca artesanal



